Una historia sin animales

Un blog de Alex Oller Guinot

Mucha gente que viaja a NYC dice que paseas por sus calles y es como si estuvieras en una película, que todo lo que ves te recuerda a lo que has visto en el cine y la TV. La verdad es que en el mes que llevamos nunca he tenido esa sensación. NYC es una ciudad que me encanta y a la que me adaptaría fácilmente pero nada me ha recordado a una película hasta este fin de semana… y eso no ha sido en NYC sino en el estado de Vermont.

Los casi cuatro días que hemos estado en South Burlington me han evocado recuerdos del “american way of life” que tantas y tantas veces hemos visto. Me ha recordado a los bailes de graduación, a la reina del instituto, a las fraternidades de las Universidades, a los moteles y dinners de carretera, los autobuses escolares amarillos que recogen a los niños en sus casas… cosas que en NYC no vives de ninguna manera.

También nos ha ayudado mucho los anfitriones que hemos tenido. Evelyne, Mike y Christina han estado fenomenales y no nos han dejado tiempo para que nos aburriéramos. Incluso pudieron combinarse el trabajo para estar el lunes con nosotros. La verdad es que se han portado muy mal, pero lo escribo pequeño para que ellos no lo lean. Además, con ellos hemos hablado más inglés (con nuestro pésimo inglés) que en cuatro semanas en NYC y ha sido agradable ver que nos podíamos comunicar bastante bien con Mike y Evelyne (sí, sí, con ella también hemos hablado mucho en inglés).

Para los que no sois familia de Nieves, Evelyne es una de sus primas y lleva un montón de años en Estados Unidos, Mike es su marido y Christina su hija de seis años.

Estos son Evelyne y Mike.
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Y esta es Christina (la verdad es que no me gusta colgar fotos de niños en Internet, pero he decidido hacer una excepción). ¡¡¡A que es guapa!!! El primer día estaba muy tímida, pero a partir del segundo se soltó y fue un encanto. Además es una pasada ver como se desenvuelve en sus tres idiomas paternos (inglés, francés y castellano).
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Parecía que a toda la familia de Nieves le hacía mucha ilusión que fuéramos a ver a Evelyne. Quizás no les hubiera hecho tanta ilusión si supieran en lo que volábamos…
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Estas dos fotos son sacadas desde la penúltima fila del avión.
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Si hay que amerizar solo debes levantarte, coger tu cojín-flotador…
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… y salir por la ventanilla.
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Y ahora, en los próximos cuatro post, os relataré cronológicamente lo que ha sido este fin de semana.

2 comentarios:

Luz dijo...

Con el panico que yo tengo a volar...yo no me monto en ese cacharro ni borracha!!!

Luz dijo...

Lo que dices sobre este pueblo, Burlington, me pasa a mí cuando voy a Pougkeepsie que es donde viven ahora los padres de Marcus. Es como tu dices la america de las peliculas...pero si te vas por ejemplo a Tarrytown (a 30 min. de NYC) experimentas exactamente lo mismo! que cambio!!

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