Una historia sin animales

Un blog de Alex Oller Guinot

San Petesburgo y Amsterdam, las Venecias del Norte… Hong Kong y Singapur, los Manhattan de Oriente… si todo el mundo puede rebautizar las ciudades según a lo que les recuerde, pues yo también, y Asuán (Aswan in english) me ha recordado a eso, a Cambrils, es decir, a un pueblo de playa que se extiende a lo largo de un paseo marítimo (bueno, fluvial en este caso ya que está junto al Nilo) y que crece hacia el interior sólo en unas cuantas calles.
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Como buen pueblo marítimo (fluvial) dispone de algunas calles comerciales (el bazar) cerca del paseo marítimo enfocadas hacia el turismo (Aswan es punto de partida y llegada de todos los cruceros por el Nilo) y de una amplia y ajardinada calle que sube desde dicho paseo hasta la estación de tren.
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Así es Aswan y la verdad es que me ha sorprendido agradablemente. Pasear por la Corniche (el paseo) al atardecer o por el bazar por la noche puede ser muy relajante… si eres egipcio. Si eres un turista, tu nivel de relax será proporcional a tu paciencia y buen humor para rechazar constantemente los paseos en calesa (coche de caballos), en falucca (barca de vela tradicional del Nilo) y los “cantos de sirena” (leedlo de forma irónica) de los comerciantes del bazar.
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Debo decir que hemos descubierto que nuestro nivel de tolerancia es muy alto y, salvo algún momento muy puntual, no nos hemos sentido ni agobiados ni acosados en exceso. Además, hay que pensar que de alguna forma se han de ganar la vida y, en un país donde el sueldo medio de un policía turístico es de 70 euros al mes, pues es normal que todo el mundo intente sacarse una propinilla con el pretexto que sea.
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De todas formas tengo que decir que hay de todo. Hay gente que nos ha dado un excelente servicio sin querer nada a cambio más que lo que habíamos contratado previamente. Contratamos una excursión nocturna a Philae (ya le dedicaré un post) y el conductor (un chaval muy majete y modosito) nos llevó y trajo desde Aswan, nos ayudó a comprar la entrada (de hecho fue él a la taquilla) y negoció el precio con el barquero que nos tenía que llevar y traer de la isla (sí, Philae está en una isla), y al acabar nuestro “tour” y querer darle una propina nos dijo con una sonrisa que no, que ya estaba todo bien.
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También hemos comido en chiringuitos infectos (donde fijo que no ven a un turista en años y donde han de enviar a un chavalillo a comprar la bebida embotellada porque allí sólo tienen agua del grifo) y sólo nos han cobrado 10 libras egipcias (bebidas incluidas), es decir, un euro y treinta céntimos, así que viendo lo pagado dudo mucho que nos hayan cobrado “precio de turistas”.
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Volviendo a Aswan, es una ciudad que bien vale dedicarle dos o tres días, no tanto por lo que la ciudad ofrece - sólo destacan el Museo Nubio (que hemos visitado) y el obelisco inacabado (que no hemos visitado y que ya lo veremos cuando lo acaben, jajaja, chiste malo) - sino por la visita al templo de Philae y, sobretodo, porque es el punto de partida hacia Abu Simbel a casi 300 Km más al sur (a sólo 30 Km de la frontera de Sudán) y al que los extranjeros sólo pueden llegar en avión, en autobús (si les dejan las autoridades), o por carretera en convoyes escoltados por la policía…
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… y por supuesto, por su ¡¡¡ PUESTA DE SOL !!!, ya que la puesta de sol en Aswan es de las más especiales que he visto en mi vida.
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(P.D.) Según la Lonely Planet, Aswan tiene los mismos habitantes que Barcelona, pero la verdad es que no da esa impresión.

2 comentarios:

Charlie dijo...

Si el guía estaba contento es que ya te había timado y le sabía mal quitarte más pasta!! zoquete!!

Alex dijo...

Hombre, que hacían negocio ya lo teníamos clarísimo, pero que rechazara la propina adicional no lo hace todo el mundo por aquí.

Por cierto, acuérdate de enviarme los detalles de tu vuelo.

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